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lunes, 28 de enero de 2013

El Sindicato de Actores le otorga una nueva victoria a ‘Argo’


Incluso cuando ya no se espera más de ella, Argo continúa ganando premios en Hollywood, este domingo haciendo suyo el galardón del Sindicato de Actores. Cuando ya no se espera porque el pasado 10 de enero la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood dejó fuera a Ben Affleck, protagonista y realizador, de la lista de directores candidatos al Oscar, una sorpresa que sacudió a Hollywood y que daña considerablemente las posibilidades de Argo de alzarse con la deseada estatuilla. Pero desde entonces esta recreación de la increíble historia de cómo fueron rescatados seis miembros del cuerpo diplomático estadounidense durante la crisis de los rehenes de Irán no ha hecho más que ganar premios: El Critics’ Choice del círculo de críticos estadounidenses; el Globo de Oro de la Asociación de la Prensa Extranjera a mejor filme dramático; el del Sindicato de Productores y, este domingo, el de mejor reparto en opinión del Sindicato de Actores. “Estoy maravillado y anonadado”, fueron las palabras de alegría de Affleck en una gala pasada por agua celebrada el domingo en Auditorio Shrine de Los Angeles.
El resto de los premios quedaron bien divididos entre los otros candidatos con Lincoln, el filme de Steven Spielberg centrado en los últimos meses de vida del popular presidente estadounidense y el favorito a la hora de alzarse con la victoria en los Oscar, ganador de dos premios. Uno de ellos fue para Daniel Day Lewis como mejor actor por su retrato del “honesto Abe” y el otro para Tommy Lee Jones como mejor secundario. “Se me ocurre que fue un actor el que asesinó a Abraham Lincoln y solo es de rigor que de vez en cuando sea un actor el que le devuelva a la vida”, aseguró con humor el intérprete británico que ha conseguido hasta ahora todos los premios de la temporada como mejor actor. Silver Linings Playbook se hizo con el premio a mejor actriz para Jennifer Lawrence sacándole así ventaja a Jessica Chastain, su principal rival en estas entregas de galardones por su trabajo en La noche más oscura. Y Anne Hathaway obtuvo el premio como mejor actriz secundaria gracias a su interpretación musical en Los Miserables, una victoria que con toda seguridad se repetirá en los Oscar.
La única duda que queda es saber el peso que tendrán todas estas elecciones entre los miembros de la Academia que deben de presentar sus votaciones en los próximos días cara al codiciado Oscar. Si esta nueva victoria influirá de manera que convierta Argo en la cuarta película en los 85 años de historia de los Oscar que consiga la estatuilla a mejor filme del año sin que su director sea considerado merecedor del premio. Mientras que en el caso de los actores se espera que la opinión de los 100.000 integrantes del Sindicato de Actores se deje oír entre los académicos (donde los intérpretes son también la rama más numerosa de sus más de 6.000 miembros), en el caso de Argo la nueva victoria puede ser poco más que la última satisfacción de un filme con el que muchos esperaban la coronación de Affleck como director.
En la historia de los premios del Sindicato de Actores, solo en ocho ocasiones el nombre del ganador a mejor reparto (el galardón equiparable a mejor película) consiguió el mismo honor en los Oscar. De hecho, la primera vez que el SAG hizo entrega de sus honores, la película premiada por los actores fue Apollo 13, cinta candidata al Oscar a pesar de que Ron Howard, su realizador, también quedó fuera de la lista de nominados a la estatuilla ese año. Finalmente, sería Bravehearty no Apollo 13 la que obtuvo el Oscar.

Fuente: El País


miércoles, 23 de enero de 2013

Intocable



No todos los éxitos son estadounidenses, eso nos lo deja claro ‘Intocable’ dirigida por Olivier Nakache y Éric Toledano y protagonizada por François Cluzet y Omar Sy. En tan solo 9 semanas se convirtió en la segunda película francesa más exitosa de todos los tiempos, y en la película más taquillera de la historia de habla no inglesa.

La película, basada en hechos reales, cuenta la relación entre Philippe –un aristócrata tetrapléjico- y Driss- un inmigrante que ha estado en la cárcel- de cómo esta pareja tan distinta se complementan el uno al otro.

Películas como esta deberían ser vistas en clase pues fomenta la tolerancia, eliminando el racismo, además esta film transmite un afán de superación, Philippe era un hombre atrevido hasta que un accidente en parapente lo deja de esa manera. La película nos cuenta esta relación de manera cómica, de forma que cuando empiezas a verla y crees que se nos va a presentar un drama acabas llorando de la risa. Es un poco agridulce pero esa superación de Philippe permite que te rías sin sentirte mal.

El propio autor del libro Philippe habla en su libro sobre sí mismo, en un tono cómico y con un espíritu admirable. No todos seriamos capaces de aceptar como el, su situación actual.

La caída de Helmut Berger

"Vivo de una pensión de 450 euros; en lugar de caviar como sopa de patata… a lo mejor debería haberme hecho estrella del porno, me habría hecho apestosamente rico”, confiesa el actor.

Se cayó del cartel por culpa del calor.A sus 68 años, la salud de Helmut Berger no le permitió pasar esta semana del segundo capítulo de versión alemana de La Isla de los Famosos (Dschungelcamp). Cuenta un portavoz del canal RTL que “las autoridades australianas alertaron a la población de los riesgos de la ola de calor que azota la zona” donde está el campamento de famosetes donde se rueda el programa. De modo que Berger, quien pese a su reseñable carrera de actor apenas ganó más premios que el David di Donatello en 1970, se queda también sin el título de Rey de la Jungla que concede anualmente RTL, la cadena señera de la telebasura alemana.
En los 70 del sigo pasado, Helmut Berger pasaba por “el hombre más guapo del mundo”. Protagonizó Ludwig y otras películas de Luchino Visconti. También participó en éxitos mundiales como El Padrino III(Coppola) o El jardín de los Finzi-Contini (Vittorio de Sica). Su declive artístico pasó por varias etapas entre las que abundaron los momentos mejores, como su reciente actuación en el filme austriacoBlutsfreundschaft (Amistad de sangre, 2009). Aunque quizá su mejor papel en los últimos 15 años ha sido el de sí mismo, borracho, drogado o quizás solo entusiasmado, en programas de entrevistas como el de Harald Schmidt en 1996. Sin quitarse sus gafas de sol, Berger interrumpió entonces al famoso moderador para pedirle que le dejara “ver al público”, que le pareció “mucho más interesante” que él. A algunas preguntas personales le respondía “y a usted qué le importa”. Schmidt lo encajó tan bien que lo invitaría en otras dos célebres ocasiones.
No hay más que verlas para que resulten bien plausibles las anécdotas de drogas y alcohol que Berger cuenta en su autobiografía Ich (Yo, 1998): gran aficionado a estupefacientes de todo tipo, la entonces estrella encargó a los joyeros de Bulgari un canuto de oro para esnifar cocaína. En la apoteosis de su fama, esta inclinación al alcaloide le constaría una diarrea y un disgusto en mitad de un baile benéfico en Mónaco. Berger denegó todas las solicitudes de baile para evitar que se viera la mancha consiguiente en el pantalón de su esmoquin blanco. Pasó la velada sentado, entre enfáticas protestas por el mal olor que, según insistía él en voz muy alta, subía a la lujosa sala desde el puerto monegasco.
Estas confesiones permiten excusar a los presentadores deDschungelcamp. Es obvio Berger no conserva el aspecto de sus veinte años tras 48 de excesos. Por si no lo fuera, los dicharacheros fabricantes de telebasura en RTL se regodearon en su decrepitud sin asomo de gracia. Pero lo mismo que ellos ignoran los méritos de Berger en el pasado, cabe suponer que a él le importan muy poco los chistes fáciles y las ironías de baratillo con las que trataban de ridiculizarlo. Él sí demuestra verdadera acidez y un humor muy negro al describir su situación: “Vivo de una pensión de 450 euros al mes; en lugar de caviar como sopa de patata… a lo mejor debería haberme hecho estrella del porno, me habría hecho apestosamente rico”.
También vestido de mujer era guapo Berger. Después de verlo travestido en La caída de los dioses (Visconti, 1969), Billy Wilder se lamentó de que “excepto Helmut Berger, hoy en día no quedan mujeres interesantes”. La sexualidad del actor ha sido pasto de habladurías desde que conoció a Luchino Visconti en 1964. El austriaco, entonces Helmut Steinberger, tenía 20 años. El italiano, 60. Convivieron durante años hasta que la muerte de Visconti en 1976 los separó definitivamente. En su autobiografía, Berger habla de su “viudedad”. Intentó suicidarse. En 1994 se casaría de veras, un arreglo de relaciones públicas con una actriz italiana. Un periodista le preguntó en 2009 si “aún llora la muerte de Visconti”. Respondió con otra pregunta: “¿Usted es imbécil?”.
Fuente: El País

Una madre aterradora y taquillera

El abrazo de una madre. Es decir, uno de los lugares más seguros del planeta, para todo niño o adulto con síndrome de Peter Pan. Salvo, claro, si la progenitora es un bicho cadavérico y horroroso que emite sonidos escalofriantes y persigue a sus seres queridos. Aun así, sin embargo, miles de estadounidenses se han atrevido a lanzarse entre los brazos de Mamá. Tanto que el aterrador primer largometraje del director argentino Andy Muschietti se estrenó este fin de semana en Estados Unidos directamente en el número 1 de la taquilla, con una recaudación de más de 21 millones de euros. A España llegará el próximo 8 de febrero.
“Es un resultado fantástico”, comenta una entusiasta Barbara Muschietti, hermana del director y productora y coguionista de Mamá. Coproducida entre España y Canadá, la película cuenta también con un padrino conocido: Guillermo del Toro. “Tiene algunas de las secuencias más espantosas que haya visto. Y está impresionantemente bien hecha”, apunta el cineasta mexicano en un vídeo promocional como una de las razones que le animaron a sumarse al proyecto. Los motivos del éxito del filme, en cambio, se hallan en sus emociones, según Muschietti: “Está llena de ellas. Hay llantos, hay risas, hay sustos. Hicimos la película que nos hubiera encantado haber visto en nuestra niñez. Y hemos escrito los momentos que nos aterrorizarían a nosotros”.
A la base de Mamá no está, ni mucho menos, algún guiño autobiográfico a la progenitora de los Muschietti (“nuestra madre es un sol”, apunta Barbara) sino un cortometraje que ambos, que normalmente trabajan en el sector de la publicidad, presentaron en el festival de Sitges de 2008. En tres minutos y un plano secuencia, dos niñas intentaban huir de su casa ante la llegada de su temible mamá. “El concepto que está detrás del corto y, en cierta manera, también del filme es una pregunta: ‘¿Qué es lo más aterrorizante y antinatural que te pueda pasar cuando eres pequeño?’ Que tu madre no sea cálida y cariñosa, sino fría y espantosa, una especie de fantasma, un monstruo de amor”, subraya Muschietti.



Decidida la premisa, los hermanos se pusieron manos a la obra. Primero, con una escaleta. Y luego, poco a poco, se fueron repartiendo las secuencias que había que rodar. Todo de amor y de acuerdo, sin polémicas, por lo menos en el set. “A lo mejor nos peleamos por quién tiene que limpiar los platos [ambos hermanos, argentinos de Buenos Aires, comparten casa en Barcelona desde hace 12 años] pero estamos muy acostumbrados a rodar juntos. Hace 11 años que lo hacemos en publicidad", asegura Muschietti. Y hace bastante más que se enamoraron de las películas de miedo: “Somos fans del género desde que tenemos memoria. En el autocine nos quedábamos hipnotizados con Encuentros en la tercera fase. Andy y yo tenemos gustos parecidos”.
Más aún, obviamente, en el caso de su propia película. “Ambos queremos lo mejor para ella", remata Muschietti. Y lo mejor en el campo de las actrices, hasta que los Oscar lo rematen en febrero, este año se llama Jessica Chastain. Así que la agente de la CIA que da la caza a Bin Laden en La noche más oscura —por cierto, precisamente la película que ha acabado segunda en la taquilla del fin de semana americano— pasa al rol de presa y a huir del monstruo en Mamá. “Trabajar con ella es un premio, un lujo. Es una persona que se entrega de una manera impresionante al rol. Es inmejorable como intérprete. Y como persona”, cuenta Barbara Muschietti sobre el fichaje de Chastain.
Inmejorable para la productora es también su profesión. Y más en general el mundo del cine: “Qué puede haber más fascinante que escribir tus historias, plasmarlas en imágenes, mostrárselas a todo el mundo y que perduren. Es de lo mas difícil que hay pero de lo más emocionante que me podía imaginar”. Tanto que, según Muschietti, sabía quería dedicarse a ello desde los cinco años; prácticamente, desde que aún estaba entre los brazos de su madre.



A su progenitora, de hecho, está dedicada la película. Porque, como dice el subtítulo del filme, “el amor de una madre nunca muere”. Aunque, en el caso de Mamá, es más bien una amenaza.

Fuente: El País